Es curioso ver en este libro las historias que la gente da por verdaderas, cómo los miedos colectivos se materializan a veces en leyendas totalmente increíbles, como la del buitre de proporciones gigantescas que sobrevoló Barcelona y que puso a las autoridades en alerta. Pero también nos hace ver que hemos creído ciegamente en alguna de estas historias sin pies ni cabeza (personalmente, en la de la señora que mete a su gato en el microondas), por más que lo neguemos. De hecho, es uno de los mayores alicientes de la presente obra: casi todas las historias que cuenta, o variantes de ellas, ya las conocíamos, y nos viene constantemente a la cabeza la manera con que nos enfrentamos a ellas originalmente. A veces hace que nuestra propia credulidad nos produzca sonrojo, y otras no podemos creer cómo otros pudieron tragarse semejantes camelos. No es extraño, pues, el triunfo de series de televisión como Expediente X, que tratan algunos de los mismos temas que este libro.
En definitiva, un libro que puede entretener tanto a los que buscan el chascarrillo facilón como a los interesados por los mecanismos de la mente humana, sin olvidarnos de que puede resultar una fuente interminable de inspiración para escritores que gustan del género fantástico.
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